Historias del bus: El Speaker

Un usuario habitual del autobús es el Speaker. El Speaker es un tipo que pasa desapercibido: ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco, ni peludo ni calvo. Tampoco le puedes poner edad, así que por lo único que puedes identificarlo es porque siempre va solo.

Ágil como una anguila, se escurre entre la muchedumbre y cuando localiza un asiento ocupado no tarda ni 30 segundos en hacerse un hueco en el sillón de al lado. La víctima del Speaker reúne en el 98% de los casos las mismas cualidades: homínido lector (de prensa diaria o novela), que lleve auriculares, haga crucigramas, hable por el móvil o practique cualquier tipo de entretenimiento autobusal. La cuestión es tocar los huevos.

Se acerca con una sonrisa y lanza el anzuelo a presa garantizada con un tema universal: El tiempo. Tú lo oyes hablar y te ves capaz de seguir esa conversación trivial mientras sigues escuchando Puff Daddy o leyendo el desenlace de La Colmena, pero antes de que te des cuenta el Speaker ya ha saltado al Tema Dos: Cuando era joven estas calles aun no estaban asfaltadas. Tema Tres: Yo trabajé 45 años en Seat. Tema Cuatro: A mi nieto le han salido dos dientes. Tema Cinco: Tengo una gotera en el baño, ¿usted no será lampista, por casualidad? Estás totalmente metido en la conversación y sólo tienes tres opciones:

a)     Te quitas los cascos

b)     Mandas a tomar viento el esquema mental y el esfuerzo de organizar las 457 páginas que llevas leídas

c)      Finges ser nigeriano

Hay varios tipos de Speaker: Speaker Mentol, Speaker Juanola, Speaker Café con leche, Speaker Ducados y Speaker Caries. Solo puedo dar fe de haberme encontrado con los dos últimos, pero dicen que los otros también existen. No los temáis, son inofensivos, te hacen más ameno el camino a casa y cuando bajas te dan ganas de saludar a todo aquel que se te cruce. Nunca tanto había costado tan poco. Por 1 euro 45 tienes a tu alcance un amigo para toda la vida.